Punto de partida: Avenida de la Estación con Avenida de Madrid
Descripción: Desde la Avenida de Madrid nos dirigimos a la Avenida de la Estación, saliendo después a la Subida al Villar.
En este corto trayecto urbano pasamos por el depósito de agua, en el que podemos observar los nidos de cigüeña blanca que en él se ubican, alguno de ellos de grandes dimensiones. Subimos el puente que cruza sobre la autovía, la línea férrea abandonada y el canal, deteniéndonos en lo alto para observar la Ermita de Nuestra Señora del Villar, construcción del siglo XVI, de una sola nave, con cabecero octogonal y bóveda de crucería estrellada, al que se le añadió posteriormente una nave de planta rectangular con bóveda de cañón y un pórtico.
Justo al final del descenso del puente viramos bruscamente hacia atrás y a la derecha para coger una amplia pista anexa al canal. Caminamos en sentido contrario a la corriente de agua quedando la vía del tren a nuestra derecha. Unos metros antes de llegar al primer puente sobre el canal vemos, también a la derecha, la antigua estación de ferrocarril, situada en el kilómetro 7,080 de la línea de ferrocarril Valladolid-Ariza, hoy en desuso.
A partir de aquí vamos a seguir la pista hasta llegar a las inmediaciones de la carretera N-122, que no rebasaremos. Después de superar el primer puente el canal discurre por el borde del pinar, mezclándose los pinos con algunas especies propias de las riberas como chopos, rosales silvestres, espinos albares, y apareciendo incluso algún ejemplar aislado de fresno y tilo. Las encinas que se salpican en el interior del pinar llegan al borde del canal, creándose de este modo una hermosa mezcla de especies cuyas formas y coloridos contrastan, encontrando en el otoño la época de mayor esplendor cromático. A unos 200 metros del puente, aguas arriba, se encuentran las compuertas que dan paso a la acequia secundaria por la que discurren otros itinerarios, y por la cual regresaremos más tarde. Si observamos a nuestra derecha encontramos algunos lugares en los que la elevada humedad propicia el asentamiento de vegetación palustre, con presencia incluso de algunos pies de sauce, especie que precisa de terrenos con una humedad muy elevada. Más adelante encontramos un segundo puente sobre el canal y muy cerca un aliviadero. Este es un buen lugar para detener nuestra marcha e intentar divisar en las aguas alguna de las especies de peces que las pueblan, entre las que se encuentran los barbos, carpas, bordallos y gobios.
Finalmente llegamos a una amplia curva que traza el canal un poco antes de llegar a la carretera de Segovia. Aquí descendemos por un camino que sale a nuestra derecha y que nos lleva hasta otro que cruza perpendicularmente. Tomamos este nuevo camino virando a la derecha, para de este modo comenzar a desandar el recorrido realizado paralelamente al trazado del canal, que ahora divisamos a nuestra derecha. Al principio nos rodean tierras de cultivo, pero inmediatamente entramos en un denso y, debido a la proximidad entre copas, oscuro pinar de pino piñonero. El camino describe algunas curvas, surgiendo de pronto a nuestra izquierda el trazado de la vía de ferrocarril. Ahora entramos en un tramo del recorrido en el que a mano izquierda aparece una exuberante vegetación de zonas húmedas integrada por chopos, sauces, rosales silvestres, majuelos y zarzamoras, éstas, muy abundantes, ofrecen multitud de frutos al paseante. También hay algunos carrizales. Esto provoca que a partir de aquí la marcha sea más fresca, lo cual agradeceremos en los días más calurosos. Este tipo de formaciones atraen una variada fauna, siendo un lugar ideal para detenernos, o aminorar el paso, e intentar descubrir las huellas del tejón o el zorro, o el canto y movimientos de pequeñas avecillas.
Más adelante encontramos un cruce que sobrepasamos y después una bifurcación, pero nosotros nos mantenemos caminando a la vera de la zona más fresca. Después ascendemos ligeramente encontrándonos con la vía que se aproxima por nuestra izquierda. El parque Recreativo de los Valles, habilitado con caseta-bar, fuentes, columpios, bancos, mesas y parrillas, queda muy cerca de aquí, y se puede acceder a él por alguno de los caminos que parten hacia la izquierda un poco más adelante. De este modo llegamos hasta el Camino de la Farola, que seguimos hasta llegar al cruce con la vía. A partir de aquí podemos seguir el trazado férreo y así rememorar los días en que traviesas y raíles soportaban el paso del ferrocarril, o continuar por el camino que discurre paralelo. Ambos itinerarios nos conducen hasta la acequia, donde giramos 90 grados a la derecha para, después de transitar por las inmediaciones de algunos huertos, llegar de nuevo al punto en el que se inicia y volver hacia el pueblo por la pista del canal. Cabe la posibilidad de seguir durante un trecho, de longitud opcional, el curso de la acequia hacia la izquierda y disfrutar de un entorno de gran belleza bajo la sombra de los chopos que la bordean.